miércoles, enero 18, 2006

Comienzo

Lo bueno de lograr olvidarse del desastre inmediato es que uno de pronto se encuentra en ese estado en el que uno está básicamente predispuesto. Esto es, por delante el camino está totalmente libre, no hay horarios ni restricciones ni nadie a quien serle fiel. Uno puede tanto ir a donde le plazca (y el día que le plazca), como verse con quien espontáneamente el corazón dicta. Tenés ganas de dedicarte tiempo para vos? Regalarte algo, una cena afuera por ejemplo? Hecho. Querés hacerte una escapadita a algún lugar? Querés responder con una sonrisa cuando alguien te mira por la calle en vez de tener que hacerte el dolobu y mirar para otro lado? Hecho. Querés borrar los malos momentos y simplemente decidir que de ahora en adelante todos tus días sean buenos? Podés hacerlo. Querés sentir que lo que viene de las personas cercanas a vos es solamente afecto, y nunca violencia o incomprensión? Concedido. Querés cantar por la calle a todo volumen y percibir en tal caso buena onda y no reproche por no estar teniendo una conversación? Querés dejar de sentir opresión y desconfianza? Querés sentirte exclusivamente rodeado por gente sana que te quiere bien? Querés dejar de sentir la contradicción de celar a alguien que a la vez querés tener lejos? Querés contar con el potencial para tener una relación duradera y feliz? Será que esta vez yo pueda finalmente entender eso que dicen de que no hay mal que por bien no venga? Ojalá que así sea.

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