X se fue a dormir una siesta. Se había acostado solo, pero al despertar, alguien más dormía a su lado. De inmediato pudo reconocerlo. Lo reconoció por su pecho, por los latidos de su corazón. Pero no quizo admitirlo. Entonces con su mano recorrió su rostro, su boca, su nariz (especialmente su nariz) y de inmediato simuló sorpresa. Lo primero que exteriorizó X fue indignación. No podía concebir que alguien haya entrado a su casa, a su cama, tan impunemente. Sintió furia al pensar que su compañero de siesta le había robado una copia de la llave de su casa. Si bien le preguntó cómo había logrado entrar, no tuvo ninguna respuesta, como de costumbre. Sin embargo, el intruso lo llevó hacia el living porque quería mostrarle algo a X. Y estando allí, X no pudo creer en sus propios ojos: le había construído una estructura de madera, que hacia arriba ofrecía un entre piso. A su vez, había bloqueado la puerta de entrada y a su lado había puesto otra, de tal modo que la nueva quedaba en el centro de la pared. X sabía muy bien que lo que tenía delante de si no era otra cosa que la materialización de un gran deseo secreto. Un tiempo antes había pensado en lo bueno que sería construir una estructura así en su living (incluso hasta soñó con eso durante la siesta). A X, de este modo, le estaban dando exactamente lo que quería. Y jamás lo había pedido a nadie.
Esto lo dejó estupefacto, y sintió plena felicidad y al mismo tiempo terror al saber que sus pensamientos no eran nada privados. Entonces se afirmó y exigió que se le dijera cómo habían accedido a sus pensamientos. Y pasó a saber que le habían estado haciendo estudios mientras él dormía, como electroencefalogramas capaces de revelar las ideas del sujeto puesto a prueba. X sintió amor y odio. Pero no pudo expresar ninguno de los dos.
Alguien le había robado la llave de su casa y los contenidos de su pensamiento. Esa misma persona había estado trabajando arduamente en la construcción de lo que satisfacería su deseo, y, más tarde, se había acostado a su lado para recuperar energías. En apariencia, amor y odio, pero quizás existía una supremacía de uno sobre el otro y X aún no era capaz de aceptarla.
Esto soñé durante mi siesta hoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario