miércoles, abril 18, 2007

Lluvia Social Club

Alguna vez mencione acá mi apreciación acerca de cómo la lluvia (en particular la lluvia sorpresiva) nos afecta. Eso de causar desorientación ("qué está pasando??"), extrañeza ("qué es esto? agua? qué hace aca?" -como si nunca hubieramos visto agua antes-), confusión ("qué hago, qué hago? la calle está inundada, tacho imposible de conseguir, mis zapatos! compro un paraguas? donde? igual se me moja el pantalon! se filtrará agua y se me mojará todo lo que tengo en la mochila? algo importante en mis bolsillos que no deba mojarse?") y estado de alerta ("techo! donde hay un techo? sequedad! area que goce de sequedad! tacho! techo!")
Hoy tuve la oportunidad de hacer una relectura, esta vez más social. Un colosal aguacero nos sorprendió a miles de personas... y casi nos convirtió en íntimos a perfectos desconocidos. Un poco como en Lost, varios extraños nos vimos forzados a pasar un largo tiempo juntos: nos quedamos barados en una estación de subte sin poder salir a la superficie. Charlas, miradas condescendentes y cómplices, mucho humor, compañía y grandes contrastes caracterizaron al espontáneo encuentro. La gente que venía de la calle, absolutamente empapada (independientemente de estar portando paraguas o no), nos aportaba datos de la situación en el exterior. Por momentos parecía que afuera había una guerra y nosotros estábamos en un gran bunker subterráneo antimisiles.
Más tarde comenzaron las despedidas. Afectuosas, llenas de buenos augurios y "hasta nunca" que en algunos casos fueron "hasta luego".

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