De espaldas, la cara de ella se iluminó y entendí que había llegado
Tan azul, tan grande, tan inevitable
Ahora tengo dos vocales
y siento que tengo mucho
Y con la luna y ella de testigos
mi impertinencia no causó efectos
Ahora aprendí
que si la bocina no funciona
uno puede continuar manejando, rojo
y asomarse por la ventanilla
y mirar hacia atrás
y sacar un brazo
y arriesgar
y en el más feliz de los casos
no atropellar a nadie
y al mismo tiempo
dejar a alguien al borde de las lágrimas
El más feliz de los casos
me lleva a ir en minutos
a poner mis barreras en la mesa
a poner mi corazón en mis ojos
mi alma en mi voz
y mi afecto en mi piel
esta noche la luna
llorará de alegría
(nota a posteriori: llegué tarde y la luna me miró feo)
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